¿CÓMO GESTIONAR LOS EXCESOS ESTAS NAVIDADES?

¿Qué comer? ¿Qué no comer? o ¿Cuánto comer?Quizás estas son las respuestas que ansía la mayor parte de la población en las vísperas a Navidad.
Sin embargo ¿es este el verdadero problema que nos debe preocupar ante los excesos navideños? Vayamos por partes.

Ante todo, debemos ser conscientes y consecuentes de las fechas que se aproximan y lo que conllevan. Hablamos de reuniones, encuentros yreencuentros; con un punto común: todo gira en torno a la alimentación. Almuerzos, cenas, meriendas y aperitivos fuera de la norma. Consumimos cantidades a las cuales no acostumbramos y productos cargados de azúcares y otros compuestos poco saludables para nuestro organismo. Sin embargo, hemos de ser conscientes de que son momentos puntuales.

Probablemente a inicios de enero retomemos la rutina habitual, de forma que el organismo retomará la usanza alimentaria saludable; y la transcendencia de estas comidas será mínima, siempre y cuando nuestros patrones de comida sean realmente beneficiosos. ¿Que pretendo transmitir con todo esto? Desde una perspectiva psicológica es preferible disfrutar el momento y no centrarnos de pleno en los excesos navideños.

Dejando a un lado esta parte, ¿qué es lo realmente preocupante? Encontrar turrones, polvorones e incluso el famoso roscón de reyes en cualquier vitrina de supermercado en fechas de noviembre, cuando aún queda más de un mes para que inicie la Navidad. Vamos a preguntarnos lo siguiente: ¿He consumido algún dulce navideño hasta el momento? Probablemente la respuesta sea un sí rotundo. Ofrecer a la población vitrinas repletas de dulces cargados de azúcares incita al consumo y es en este punto donde nuestro prólogo se viene abajo. Comenzamos a alterar nuestros patrones alimentarios meses antes y la transcendencia será mayor. Por tanto, vamos a intentar evitar la tentación. ¿Comemos turrón?: Lógicamente, pero preferiblemente la noche del 24 o el 25.

Incluimos una variante más, la económica. ¿Es necesario invertir el doble de dinero en alimentos en estas fechas? Para evitar caer en el “más vale que sobre a que falte” hagamos una lista de los comensales y planifiquemos las comidas como si se tratase de un día cualquiera. No incurramos en el error del exceso y la abundancia: nuestro bolsillo y nuestro organismo lo agradecerá. ¿Y si sobra comida? (todos sabemos que siempre sobra): planificaremos el menú de la semana con esos alimentos, siendo conscientes del desperdicio alimentario que se alcanza en esta época.

Y ahora sí, vamos a recomendar algunas pautas para conseguir una Navidad más saludable:

En cuanto a los dulces navideños evitaremos todos aquellos turrones y dulces de sabores, colores y olores peculiares. Con esto me refiero al turrón de tarta de queso, aire de pistachos e incluso palomitas de maíz. Son productos cargados de azúcares y grasas prejudiciales.

Entonces, ¿elijo el turrón bajo en azúcares? Tampoco es la opción más recomendable, ya que contiene alta cantidad de edulcorantes, lo que nos incitará a comer aún más y finalmente habremos comido el doble.

¿Cuál elijo por tanto? Nos vamos a centrar en la información nutricional y vamos a buscar aquellos que contengan menos de 15 gramos de azúcares por cada 100 gramos de producto. Una alternativa ideal sería ofrecer chocolate de alto porcentaje de cacao (superior al 70%) acompañado de frutos secos y desecados, ya que esto nos aportará el dulzor y saciedad debido a la fibra presente en los frutos.

Para evitar desconocer cuanto he comido utilicemos el sentido común: serviremos en un plato una ración estándar (incluyendo aperitivo y plato principal) lo cual nos guiará y evitará incurrir en excesos. ¿Y si me excedo? Tan simple como planificar una dieta más ligera los siguientes días.

Otro aspecto relevante: vamos a controlar el alcohol, siendo siempre preferible evitar su consumo. Disfrutaremos de una cerveza o vino, sin ir más allá, es decir evitando bebidas alcohólicas de alta graduación (también conocidas como copas, cubatas y un largo etcétera). Además de constituir un peligro al volante, estos productos tan sólo nos aportan azúcares, alcohol e inflamación al organismo.

En definitiva, vamos a alimentarnos de forma consciente, a disfrutar y a emplear la lógica y el sentido común.