FORMACIÓN PROFESIONAL, EMPRENDIMIENTO Y EMPLEO EN EDUCACIÓN INFANTIL

Hay personas que tienen una clara vocación docente y tienen un “don” para trabajar con niños pequeños. Esta es una profesional muy vocacional.

Algunos datos interesantes sobre las posibilidades de trabajo o emprendimiento en el sector de la educación infantil: en España hay aproximadamente 740.000 personas que trabajan como docentes y el profesorado más numeroso se encuentra en Educación Infantil y Primaria, con casi un 50% del total. Alrededor del 72% del profesorado de estas etapas son mujeres. Puedes trabajar en instituciones educativas de titularidad pública o privada.

Pero para trabajar en centros de educación infantil, además de vocación docente y de atención a las personas, tienes que tener una buena preparación profesional y trabajar otras habilidades. Aquí te dejamos algunas que te pueden ayudar y que procuraremos que desarrolles si estudias en la EFA:

Ser una persona que sabe querer a los niños. Necesitan sentirse queridos, así que un gran maestro debe ser capaz de abrazar, besar, sonreir indiscriminadamente, …

Ser una persona empática. Los peques no expresan muchas veces lo que sienten, porque no saben y porque no tienen un buen control de sus emociones. Las emociones pesan mucho en su comportamiento y necesitan acompañamiento y comprensión.

Paciencia: a los peques no les gusta que les levanten la voz. Son fácilmente impresionables. Muchas veces no saben lo que está bien o mal, al fin y al cabo, son niños todavía. Paz, calma y paciencia.

Diversión: vas a tener que ser un poco payaso o bastante-mucho. Pero todo tiene sus límites.

Amar la literatura infantil y, a ser posible, ser un gran cuentacuentos. Formar grandes lectores es muy importante. Si a ti no te gusta la literatura, tendrás que aficionarte.

Saber escuchar: los niños tienen mucho que contar y a su maestra tiene que interesarle lo que le cuentan.

Aprende a motivar y creer en tus alumnos, en sus capacidades. Son niños y todo en ellos está por desarrollar. Cada uno es distinto y tiene unas capacidades únicas. ¿cómo van a creer ellos en si mismos si no cree en ellos su maestra? Adáptate a sus necesidades.

Aprende a organizarte y a planificar. La espontaneidad es buena y las aulas de educación infantil son caóticas, pero lo que no está preparado y programado es difícil que conduzca a un aprendizaje sistemático de tus pequeños alumnos.

Aprende a ser multitarea porque tienes que procurar que todos estén atentos, mientras escribes en la pizarra, consuelas a un niño y vigilas al que quiere ir al baño.

Sigue formándote siempre porque todo avanza y no te puedes quedar estancada. Cursos, tutoriales, lecturas… todo vale. No seas conformista y fomenta una sana actitud crítica en ti y en tus alumnos. Analiza cada pequeño detalle de las metodologías que conoces y busca un equilibrio al ponerlas en práctica. Y aprende a encajar las críticas y a autoanalizar tu práctica ¿cómo vas a mejorar si no?

Aprende a ser observador. Una parte de la evaluación ha de basarse en la observación. Es muy fácil conocer los puntos fuertes y débiles más destacados en un niño pero hay otros que por naturaleza pasan más inadvertidos.

Fomenta tu curiosidad y la de tus alumnos. Tienes que ser capaz de enseñarle a ser curiosos, que quieran saber muchas cosas, absorber el conocimiento, que se hagan muchas preguntas y tengan muchas ganas de darles respuesta.

Creatividad: no sólo en creaciones plásticas y en cuanto a decoración de aula, también en cuanto a recursos para el aprendizaje.

Trabaja la comunicación con las familias: son sus hijos y tu eres una colaboradora en la educación de los niños. Sois verdaderos aliados. Explícales lo que hace, por qué, hazles partícipes del proyecto y atiende sus dudas y las propuestas y objeciones.

Pasión por tu trabajo y ganas de trabajar. Asume retos y arriesga, programa y busca el enfoque perfecto para cada proyecto. Esto te va a permitir contagiar a tus alumnos las ganas de aprender y de trabajar.

Si complementas tus estudios en formación profesional con el aprendizaje de un idioma, estas habilidades personales u otras que se te ocurran y el manejo de herramientas ofimáticas y digitales en general, tienes por delante un mundo de posibilidades.

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