Nutrición en la era de la genómica: hacia una alimentación personalizada

Dentro del marco global de la genómica nutricional, hay que diferenciar dos términos: nutrigenética y nutrigenómica.

La nutrigenética estudia la respuesta distinta de los individuos a la dieta en función de SNPs funcionales en el genoma o polimorfismos (Single Nucleotide Polimorphism, una variación en la secuencia de ADN que afecta a una sola base de una secuencia del genoma). Además, también incluye la identificación y la caracterización de variantes genéticas que se relacionen con una respuesta diferente a los componentes de la dieta, para los genotipos de interés. El objetivo de la nutrigenética es generar recomendaciones específicas sobre la mejor composición de la dieta para el óptimo beneficio de cada individuo, es decir, conseguir una «nutrición personalizada».

 

 

Sin embargo, la nutrigenómica incluye el estudio de los mecanismos moleculares y celulares que explicarían la distinta respuesta a la dieta por parte de los individuos, debido a las variaciones en el genoma. Además, examina la interacción entre nutrientes y expresión génica, y se centra en la caracterización de nuevas proteínas derivadas de distintas secuencias, así como de sus interacciones con los nutrientes.

 

 

La ingesta de una comida sencilla contiene miles de sustancias biológicamente activas, muchas de las cuales ejercen un efecto beneficioso para la salud, aunque en ciertas ocasiones también pueden ser perjudiciales. Por ello, es interesante analizar cómo los nutrientes y otros compuestos químicos de la dieta sin función nutricional modifican la expresión de los genes y participan en la interacción de los genes con la dieta. Este es el objetivo primordial de la nutrigenómica. En este sentido esta disciplina persigue desarrollar alimentos que se adecuen a cada persona individualmente dependiendo de las necesidades de salud de cada individuo. Es cierto, que desde hace mucho tiempo poseemos conocimientos nutrigenómicos y los empleamos. Por ejemplo, cuando se limita la dieta de algunas personas que tienen enfermedades debidas a mutaciones genéticas o cuando se indica a ciertos grupos de población que no ingieran un determinado alimento porque les puede causar reacciones adversas.

La nutrición personalizada es un futuro con un gran presente y, probablemente, será una realidad cada vez más cercana. Se están examinando las bases moleculares causantes de la variabilidad interindividual en la respuesta dietética, aunque todavía queda mucho por conocer. Sólo así se podrá crear una base de datos que aporte toda la información necesaria, mediante la integración de todos los resultados obtenidos, para poder diseñar la dieta que mejor convenga a cada persona. Todo un reto científico.

María Ángeles Menchero – Gómez

Profesora en EFA La Serna y Moratalaz