En un ingenioso giro, nuestro centro de FP, EFA Molino de Viento, en estrecha colaboración con Bodegas Vidal del Saz, han decidido convertir un requisito legislativo en una oportunidad única para los clientes y amantes del vino.

La nueva normativa que exige la inclusión de las características nutricionales en las etiquetas de los vinos ha sido la inspiración y el artífice de este proyecto, a través del cual pretendemos ir más allá del cumplimiento administrativo, convirtiendo cada botella en una ventana más detallada al maravilloso mundo que hay detrás de una copa de este preciado caldo.

En este proyecto queremos volver a implicar a los diversos ciclos de FP de CGB de Agrojardinería, CFGM de Elaboración de Aceites y Vinos, CFGM de Producción Agropecuaria y CFGS de Vitivinicultura, para que, a través de su trabajo en distintos talleres podamos ofrecer a los consumidores una experiencia más rica y pedagógica, aportándoles información tan valiosa como los parajes exactos donde se cosechan las uvas, su microclima, los tipos de suelo y otros factores que influyen en los sabores del vino, etc.

Queremos que cada botella cuente una historia única. No solo se trata de cumplir con las normativas, sino de compartir la pasión y dedicación que hay detrás de cada cosecha.

Los códigos QR, que serán incluidos en las etiquetas, no solo cumplirán con los requisitos normativos, sino que también ofrecerán a los consumidores la posibilidad de explorar virtualmente los detalles más finos de la producción.

Este proyecto representa el último paso en el desafío de digitalizar completamente la bodega, elevando la experiencia del consumidor en el proceso de envasado. No sólo pretendemos cumplir con las normativas, sino liderar el camino en la conexión entre los productores y los conocedores del vino, compartiendo conocimientos y creando una conexión más significativa entre el consumidor y el arte de la vitivinicultura.