LAS DIMENSIONES DE LA PERSONA

Debido al acelerado ritmo de vida en el que nos encontramos inmersos, es casi imposible pararnos a meditar sobre el papel que como seres humanos tenemos en este mundo. De hecho, estoy segura que si cada uno de nosotros fuésemos conscientes de las dimensiones de la persona, les daríamos un uso totalmente diferente al que en la actualidad les estamos dando. Un uso responsable, con Inteligencia, Voluntad, Libertad y como no, con la Capacidad de Amar. Es decir, con las dimensiones que nuestro Señor Todopoderoso nos ha otorgado a nosotros los seres humanos, los únicos seres de la Creación con dichas cualidades.

Aunque, tal y como veremos a lo largo de este artículo, todas las dimensiones van entrelazadas entre sí, es primordial empezar por la Inteligencia, ya que es la primera de las capacidades que nos diferencia del resto de seres vivos. El ser humano gracias a la Inteligencia es capaz de pensar, reflexionar, buscar y hallar la verdad a través de la razón y el entendimiento. Gracias a la Inteligencia somos capaces desde que nacemos y durante toda nuestra vida de aprendizajes tan complejos como la lectura y la escritura, la capacidad de hablar, de entender, de pensar, de relacionarnos con los demás, de estudiar y llegar a ser grandes científicos, maestros, doctores o todo lo que nos propongamos y para lo que estemos destinados, pero la cualidad más importante que destacaría de la Inteligencia es que gracias a ella el ser humano es capaz de conocer la verdad. Es decir, que aquello en lo que creemos o pensamos concuerda plenamente con lo que en realidad es. Hay realidades que son totalmente intrascendentes para nuestra vida y no son importantes ni alteran a nuestra persona ni al entorno que nos rodea, pero hay verdades que son primordiales para nuestra existencia y afectan a cada uno de nosotros de una manera transcendental y nos hacen conocer la verdad tal y como es. Esas verdades trascendentes responden a preguntas tan importantes como… ¿Quién soy yo?, ¿Para qué estoy vivo?, ¿Existe el mal en el mundo?, y una larga lista de preguntas a las que solo somos capaces de dar respuesta haciendo uso de la Inteligencia.

Para seguir avanzando es fundamental apuntar que cada uno de nosotros como seres humanos no solo pensamos sino que también ejecutamos otras funciones que movidas por ese pensamiento y esa Inteligencia nos empujan a realizar una acción que nos traslada hacia el bien que queremos, es decir, la Voluntad, la capacidad que tiene el ser humano para moverse hacia el bien que desea. La Voluntad se mueve para lograr alcanzar la felicidad que la Inteligencia está segura de que le dará el bien deseado. Por supuesto, igual que en la Inteligencia teníamos verdades intrascendentes y Verdades Transcendentales, en la Voluntad tenemos quereres triviales y Quereres Fundamentales como Querer hacer el bien, Querer ser feliz, Querer dar lo mejor de nosotros, Querer ser rectos… ya que son actuaciones que pueden afectar a todos nuestros pensamientos y acciones.

Como hemos dicho anteriormente las dimensiones se entrelazan para dar respuesta a otra cualidad única en el ser humano como es la Libertad, que de acuerdo con la Inteligencia y la Voluntad, es la capacidad que tiene el ser humano de actuar o no actuar para llegar a realizar la pretensión que quiere, de escoger si lo realiza o no lo realiza. De esta manera la persona se convierte en un ser libre y se hace plenamente responsable de sus decisiones y sus acciones, del compromiso y la carga que estos hechos desencadenan e influyen en la vida de la persona y en su ambiente. Por supuesto decir que la Libertad es hacer lo que a cada persona le apetece no es lo correcto, ya que la Libertad debe respetar una serie de normas tanto naturales y racionales como humanas y cívicas que nos hacen vivir en paz a nivel personal y colectivo. Así mismo es importante hacer referencia a las tres áreas en las que la Libertad puede actuar: en primer lugar la Libertad física para trasladarte de un lugar a otro y en donde la palabra hace referencia a su significado, es decir Libertad de movimiento. La siguiente sería la Libertad de acción en donde eres libre como persona para elegir realizar o no cualquier acto y por último la Libertad moral en donde como se puede intuir, la elección de la persona está en realizar el bien o el mal.

Como podemos observar, aunque seamos libres como personas no podemos hacer lo que nos plazca ya que debemos respetar tanto las normas naturales como las humanas y… si no fuera así, tendríamos un grave problema o con nosotros mismos y nuestras conciencias o con las leyes impuestas por la sociedad.

Resumiendo, hasta ahora podemos decir que la Inteligencia es quien encuentra un bien, la Voluntad es quien quiere lograr ese bien y, por último, la Libertad es la facultad que decide obtener ese mismo bien.

Para finalizar, daré paso a la cuarta y última dimensión de la persona: la Capacidad de Amar, la cual, al igual que las anteriores, nos hace diferentes y superiores a cualquiera de los seres de la Creación. Esta última dimensión del hombre es fruto de las tres anteriores, ya que la Capacidad de Amar es la facultad inteligente, voluntaria y libre de entregarse a los demás sin poner condiciones; ya sea un amor fraternal, filial, esponsal o humanitario, todos y cada uno de ellos se caracterizan por la entrega total y desinteresada a la otra persona. Amar significa desear para la persona amada siempre lo mejor, amar quiere decir darse uno mismo al prójimo, amar es un acto de generosidad, es la capacidad inteligente, voluntaria y libre de dedicarse a otra persona. No se ama por una atracción sexual propia de los animales, eso no es amor. No se ama porque se sienta amor hacia una persona sino que se ama porque se quiere amar libre y voluntariamente a esa persona.

El Papa Francisco siempre nos recuerda que “el amor no debe nacer en la arena de los sentimientos que van y vienen, sino en la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios”. Un amor inteligente, voluntario y libre.

 

Kiki Sánchez Rufo

Maestra y psicopedagoga. Docente de EFA Valdemilanos, ciclo de Atención a Personas en Situación de Dependencia