TCAE, profesionales de primera línea

En muchas ocasiones, las personas tendemos a infravalorar ciertas profesiones, en concreto algunas que suponen un esfuerzo físico y mental elevado. En mis años de docente en el ciclo de Cuidados Auxiliares de Enfermería, me he encontrado con esta percepción del trabajo de estos técnicos, que sin embargo, son tan necesarios en la atención de nuestra salud.

Está claro que un TCAE no es un graduado universitario, no es un técnico de grado superior, pero ejercen la profesión más importante que un ser humano puede desempeñar, “el cuidado del otro”. La historia misma del ser humano no hubiera sido posible si las tareas que cubren las necesidades más básicas de la persona, alimentarse, asearse, descansar, entre otras muchas, no se hubieran considerado como una tarea importante y esencial en el desarrollo de los primeros grupos humanos. Y sigue siendo así. ¿Por qué entonces una tarea tan importante es considerada como algo sin valor?

Lamentablemente se sigue escuchando “estudian un grado medio los casos perdidos”. Esta manera de pensar es alimentada por la confrontación que se hace entre la formación profesional y los estudios universitarios, valorándose solo el número de años estudiados y no la profesión que se ejerce día a día. En todas las disciplinas es fundamental la formación continua, no se acaba de estudiar cuando nos entregan el título. Todo lo contrario, es en ese momento cuando más debemos ser conscientes de la responsabilidad que vamos a asumir y más en el campo de la salud, cuando tenemos que ponernos delante de un paciente y cuidarlo. Las funciones que realizan los TCAE son imprescindibles para la recuperación y el bienestar físico y mental del paciente.

Un TCAE forma parte del equipo de enfermería, sus funciones son, bajo supervisión y también de forma independiente, cuidar y asistir las necesidades fisiológicas y actividades básicas de la vida diaria de los pacientes que necesitan ayuda para cubrir algunas de sus necesidades básicas (14 necesidades básicas establecidas por Virginia Henderson). Estos técnicos se encargan de prestar los cuidados que incluyen empatía, afecto, respeto, humanidad, profesionalidad, actitudes que los sanitarios deben tener para “cuidar humanamente”. El trabajo del auxiliar es el que permite que en situaciones difíciles se pueda “mantener un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de salud o afecciones” (definición de salud de la OMS, donde se eliminó que la salud fuera solo la ausencia de enfermedad biológica).

Junto a enfermeras y enfermeros, los TCAE viven en primera línea la enfermedad de una persona y también su convalecencia, mejorando día a día la calidad de vida de cada paciente. ¿Cómo se puede pensar que la labor de estos profesionales no es importante? Solo tenemos que ponernos en la situación de estar enfermos, en la situación de tener que ser ayudados en nuestras necesidades más íntimas, en estos momentos necesitamos un profesional que sea capaz de ponerse en nuestro lugar y hacernos lo más agradable posible esa complicada situación a la que todos estamos expuestos.

En todo equipo de trabajo, cada integrante tiene una formación específica, unas funciones determinadas y una responsabilidad acorde con ellas, pero no se puede minusvalorar a ninguno de ellos, porque todos hacen posible alcanzar el éxito. En los equipos de salud no podemos olvidar a quienes están junto a la cama del paciente todos los días, sábados, festivos…solo porque no han cursado estudios universitarios. La tarea de los “cuidados” es mucho más difícil de lo que podemos pensar, se viven situaciones difíciles, muy difíciles y el esfuerzo humano y técnico de estos profesionales es el que ayuda a mantener su salud y a superar la situación de forma digna.

No debemos olvidar que la sociedad en la que vivimos está impregnada de un individualismo agresivo que en muchas ocasiones conduce a la soledad de las personas que por su deterioro de salud se sienten vulnerables, por eso, los profesionales que formamos a estos técnicos debemos ser muy conscientes que en los momentos de enfermedad propios o de un familiar será un auxiliar quien este escuchándonos, tranquilizándonos u ofreciéndonos una cálida mano o una sonrisa, estos valores humanos también se aprenden en las escuelas de formación profesional, y creo que hoy en día, humanidad es uno de los valores más importantes que debemos aprender y enseñar.

Todo buen profesional debe sentirse orgulloso de lo que es y de lo que hace. El orgullo de un TCAE debe manar del amor y la vocación de ayudar a los demás, algo que debemos incluir en el proyecto curricular de todas y cada una de las asignaturas que impartimos, de esta manera contribuiremos a que la sociedad valore a estos técnicos de grado medio y su labor en el cuidado de los demás.

 

Isabel Navarro

Bióloga. Docente de EFA Valdemilanos, ciclo de Cuidados Auxiliares de Enfermería.